Comentario
Lombardía continuó con sus acreditados talleres de marmolistas, lo mismo que Liguria, ambas en la proximidad de las canteras de Carrara, pero el más importante escultor establecido en Milán, desdes donde remitió excelentes obras a España, es Leone Leoni, natural de Arezzo (1509-1590) como Vasari.
Todavía se conserva en la calle milanesa de los Omenoni la mansión del artista, protegida por barbudos atlantes. Habilísimo broncista y tallista del mármol, es autor de puntuales retratos en Mantua, Sabbioneta, y Milán donde queda también el bien compuesto monumento funerario de Gian Giacomo de Médicis en el Duomo, presidido entre alegorías por un esbelto retrato de pie. A España remitió el grupo de Carlos V venciendo al Furor, y retratos de cuerpo entero de la emperatriz Isabel y Felipe II, más otros de la familia de los Austrias. Su obra de mayor empeño para España son las esculturas del retablo mayor y el sepulcro de Carlos V y el de Felipe II en El Escorial, en colaboración con su hijo Pompeyo Leoni que quedará luego en la Península. Leone fue asimismo fecundo cultivador de la medalla.
En el extremo oriental de la Italia nórdica, en Venecia, tras la muerte de Jacobo Sansovino, el más importante escultor manierista fue Alessandro Vittoria, natural de Trento (1524-1606), quien colaboró con Palladio en Vicenza y en alguna de sus villas, como en el ninfeo de la villa Barbaro en Maser. Fue continuo retratista de los duques de Venecia y supo captar con expresiva fidelidad los rostros barbados del dux Grimani (San Sebastiano) o Niccoló de Ponti (1577, pinacoteca Manfrediniana). Su miguelangelesco y grandioso San Jerónimo con el León (h. 1565) en Santa María dei Frari, supera en vigor dinámico a los Gigantes de Sansovino de lo alto de la escalera del Palacio Ducal.